jueves, 18 de febrero de 2010

Pastoreño me confieso

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Qué fácil es poner en nuestra boca estas palabras y con qué ligereza, a mi entender, la decimos sin mirar el compromiso cristiano y de hermandad que ello conlleva. Quisiera reflexionar en voz alta con todos ustedes sobre el significado de ser pastoreño y el compromiso que adquirimos cuando ingresamos en la nómina de hermanos de esta Pontificia, Real, Ilustre y Franciscana hermandad.
Todo hermano pastoreño debe saber y así consta en nuestras reglas, que somos una asociación de fieles cristianos, cuya finalidad general es el culto público a Dios Nuestro Señor, Buen Pastor y a su Santísima Madre bajo el dulcísimo nombre de Pastora.


El culto a la Virgen María no puede limitarse a algo exterior, que no vaya acompañado de las buenas obras. Ser pastoreño no es sólo piropear a nuestra Divina Pastora de las Almas en esa noche mística del 8 de septiembre, acompañarla en romería a su santuario en Los Pajares o llenarnos la boca al pronunciar su santo nombre. Nuestro pastoreñismo debe comenzar en la vida personal, familiar y social de cada uno, con una conducta coherente con la fe que recibimos en el Bautismo y la enseñanza de la Iglesia, a cuyo Magisterio estamos en todo sometidos.


El amor debe ser la característica que distinga a los auténticos pastoreños. El mejor testimonio de fe que podemos realizar los hermanos es contribuir a que se respire a su alrededor un clima de auténtica caridad (tan ausente últimamente). El amor a Dios tiene que traducirse, como muestra la imagen de María Pastora, en una solicitud continua por los demás (tal y como expresa en su artículo Todo por amor nuestra candidata a diputada de caridad y formación).


Por ello, si contamos con vuestra confianza, esta candidatura encabezada por Antonio J. Castaño López tiene como pilar básico de su proyecto la formación de todos los hermanos y elaborará un completo plan de formación supervisado por el director espiritual, prestando especial atención a los jóvenes, que en definitiva son el futuro de esta corporación .


Por último, hago un llamamiento a todos los hermanos para que después del día 21 formemos un solo rebaño que, pastoreado por Cristo, Buen Pastor y con la intercesión de nuestra celestial Pastora, nos haga sentirnos orgullosos al decir: pastoreño me confieso.


Juan Antonio Núñez Lucena
Actual Fiscal de la Junta de Gobierno y candidato a Teniente Hermano Mayor
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