domingo, 21 de marzo de 2010

La primera mitad del siglo XX. La consolidación de las fiestas



En 1901 quedaron concluidas las obras del nuevo Camarín de la Divina Pastora, las cuales fueron en gran parte sufragadas por la familia Palazuelos Morillas. Desde esta fecha cuenta la Hermandad con dependencias propias abiertas a la Parroquia, levantadas en terrenos adosados a la misma que fueron adquiridos a la Hermandad Sacramental. El recinto consta de sacristía, sala de insignias y Camarín de la Virgen, que fue decorado con pinturas de Jiménez Aranda y Ricardo López Cabrera, ilustre pastoreño hijo de este pueblo.


Uno de los actos más entrañables y emotivos que tienen lugar, cada año, el día 8 de septiembre, durante la triunfal procesión de la Divina Pastora, es la ceremonia del sombrero.
Esta singular costumbre de despojar a la Santísima Virgen de su sombrero o pamela pastoril, tuvo sus orígenes en la década de los veinte, y encuentra su razón de ser en la existencia entre los vecinos de la localidad, de devotos que gustaban ver a la Virgen con sombrero, y otros que, dada la singular belleza del rostro de la imagen, preferían a esta sin el atavío pastoril. Por ello, y como la Pastora siempre se mostraba en sus salidas procesionales ataviada con el sombrero, se ideó, para contentar al resto de los cantillaneros, que aproximadamente en la mitad de la estación procesional, le fuese quitado el mismo, realizando la otra mitad de la estación con la cabeza descubierta. El acto, con el tiempo, fue convirtiéndose en todo un ceremonial, así como en una de las señas de identidad más características del pueblo de Cantillana, pues en él se desborda el entusiasmo y fervor mariano de este pueblo pastoreño y acuden para presenciarlo gran número de visitantes de otras localidades de la provincia.

También en la década de los veinte, en el marco de las fiestas de septiembre de 1924, se celebra la «Fiesta del Río», con procesión en barca por el Guadalquivir, del Simpecado de la Divina Pastora, entre música, fuegos de artificio e iluminación extraordinaria en la torre de la Iglesia y la Alameda.
En 1927, el célebre Capuchino Fray Juan Bautista de Ardales, Ministro Provincial de la Orden de Menores Franciscanos de la provincia de Andalucía, acude a predicar la Función Solemne en honor de la Divina Pastora y presencia las fiestas de aquel año, de las que saca la siguiente impresión: «Fuimos testigos de las suntuosas fiestas caldeadas de piedad, amor y generosidad. El típico Rosario de la Víspera es algo inenarrable; en la Función de la fiesta de la Pastora ha de predicar uno de los mejores oradores de España, y la procesión de la noche con la imagen, entre arcos de flores y luces y el clamoreo del fervor del pueblo, es algo tan emotivo y fantástico que se recuerda como un sueño o visión».
El Besamanos a la Virgen que venía realizándose cada 17 de septiembre, cuando su imagen era bajada del Risco para colocarla de nuevo en su Camarín, se hace a partir de 1933 de forma más solemne, ocupando una nueva jornada festiva, la del 30 de septiembre, que serviría, a partir de entonces, de punto final a todas las celebraciones anuales.
En 1936, y debido a los incidentes que precedieron a la Guerra Civil, la venerada imagen de la Divina Pastora fue prudentemente retirada de su Camarín en una madrugada del mes de febrero junto a su fiel oveja, por iniciativa de la Hermandad, adoptada en un brevísimo cambio de opiniones, y llevada a cabo por el Sacristán de la Parroquia don Francisco Rivas Pérez, don Manuel Núñez Ferrera -el Borro- y otro ferviente hermano. Fue trasladada al domicilio de las hermanas Rivas, en la actual Plaza del Corazón de Jesús número 5, donde cariñosamente quedó oculta en el hueco de una chimenea, que provisionalmente le sirvió de Camarín. Así permaneció hasta el día 31 de julio, en el que fue de nuevo presentada a sus devotos en el mismo domicilio donde se encontraba, desarrollándose escenas impresionantes y desfilando ante Ella todo su pueblo sin distinción, en testimonio de amor y fidelidad.
Más adelante se trasladó a la cercana Ermita de la Misericordia, donde celebró su tradicional Novena, y el día 8 de septiembre fue llevada a la Parroquia, que se encontraba semidestruida, para hacer desde ella, como siempre, su tradicional salida anual, entre el más ardiente fervor de su pueblo. Como dato curioso, durante la procesión, la Pastora llevo en su mano izquierda, junto al báculo de su poderío, un lazo con los colores de la bandera de España, símbolo de la patria en las manos de la Virgen.


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