martes, 21 de septiembre de 2010

L Aniversario de la Bendición de la Ermita



Entre la Sierra Morena
y Los Pajares, se alza
por la Pastora una Ermita,
donde los ángeles cantan
un nombre blanco de cielo:
Cantillana, Cantillana…

Rodeada de verdes olivos, acariciada por la brisa que llega desde la cercana rivera del Viar se alza majestuosa la blanca silueta del Santuario de la Divina Pastora, nuestra Ermita. El regalo de todo el rebaño a su Pastora hace cincuenta años no escatimó en nada para que La Pastora tuviese la mejor Ermita, digna de la Antigua devoción que en este pueblo se le profesa.


El próximo día 30 del mes grande de Cantillana se cumplirán cincuenta años de que el Obispo José María Cirarda Lachiondo bendijera en el mítico olivar de la Pola esa Ermita blanca tan emblemática para los Pastoreños. No se han organizado grandes actos que celebren la efemérides como se debiera, pero en los corazones de los buenos Pastoreños, aquel 30 de septiembre de 1960 queda grabado como una jornada histórica en los anales de la historia de nuestra Hermandad, se inauguraba y se bendecía está otra casa para la Pastora que junto a la Parroquia guardan el privilegio de ser los únicos recintos que custodian la más bella Imagen que Dios creará.

Cincuenta años han trascurrido desde entonces, ya la romería no se celebra el ultimo día del mes sino el último domingo, pernoctando en aquel antiguo olivar que hoy es la aldea de los Pajares. La Hermandad en aquel momento eligió a uno de los mejores arquitectos, Aurelio Gómez Millán para que realizara los planos del singular edificio que se iba a levantar. Desde el Padre Claudio de Trigueros, cuyos restos reposan en la Ermita, y el canónigo José Sebastián y Bandaran que bendijo en 1956 la primera piedra hasta los Pastoreños más pequeños, todos formaron parte de la construcción de la Ermita, cuyas obras fueron llevadas a cabo por albañiles del propio pueblo, “los pepos”, siendo maestro de las mismas Jesús García Camacho; Hasta los Pajares llevaban los materiales los mismos Pastoreños, en las conocidas fiestas de la teja o del ladrillo… Todos aportaron lo que pudieron, y así hoy se levanta en los Pajares la Ermita para orgullo de toda nuestra Hermandad.

Desde estas breves líneas queremos sumarnos, a nuestra forma, a la celebración del L Aniversario de la Bendición del Santuario de la Divina Pastora, homenajeando a todos aquellos Pastoreños que pusieron su granito de arena en la construcción de ese monumento de la devoción Pastoreña que es nuestra Ermita, aquellos que dadas las necesidades económicas de la época antepusieron ante todo a su Madre bendita y que lucharon sin conformismos de ningún tipo para que su Hermandad, su Pastora, tuviese lo mejor, gracias a ellos, cuyo ejemplo debemos tener siempre presente, hoy gozamos de esa Ermita Blanca y campera que no la derriba el viento ni vendavales… como dice la popular sevillana, cimentada en la Fe Pastoreña del pueblo de Cantillana.

Entre la Sierra Morena
y Los Pajares, se alza
por la Pastora una Ermita,
donde los ángeles cantan
un nombre blanco de cielo:
Cantillana, Cantillana…
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