domingo, 21 de marzo de 2010

La Hermandad en el siglo XIX



Era vieja aspiración del Rosario de la Divina Pastora, el disponer de unas Reglas para su mejor régimen y gobierno y, en este sentido, doña Elena de la Barrera, ayudada por la situación anteriormente citada, finalmente lo conseguiría. Las Reglas de la Hermandad recibieron la primera aprobación eclesiástica del Provisor y Vicario General don Joaquín María de Torres el día 19 de septiembre de 1805 y fueron aprobadas por Real Provisión de S. M. Carlos IV y Señores del Real y Supremo Consejo de Castilla el 27 de febrero de 1807. El 11 de abril de 1807 recibieron la última y definitiva aprobación eclesiástica.A petición de la Mayordoma, y por haberse obtenido todas las aprobaciones necesarias de las Reglas, el Arzobispo de Licópolis, don Manuel Cayetano Muñoz y Benavente, concede el día 12 de mayo de 1807, cuarenta días de indulgencias a todas las personas que asistan al Santo Rosario de la Divina Pastora y cuarenta más a las personas que lleven las insignias, así como otros cuarenta a los que rezaren un Padrenuestro y Avemaría a la Divina Pastora, pidiendo a Dios por la paz en la Iglesia.

En 1816, siendo Mayordoma doña Antonia de Solís, se adquirió una valiosa cruz de guía en plata y con perfiles dorados, para el Santo Rosario, siendo la misma que se sigue utilizando para iniciar los rosarios y procesiones de la Hermandad actualmente.

En comunicado del Gobernador Civil de Sevilla al Cardenal de esta ciudad, fechado el 14 de diciembre de 1860, aparece la primera referencia escrita, que conozcamos, sobre la procesión que con la imagen de la Divina Pastora se tiene por las calles de Cantillana el día 8 de septiembre, dándose a entender que en esta fecha ya era acostumbrada la misma, pues dice: «[…] la salida anual, que hace con su imagen la Hermandad de la Pastora». Ilustrando lo anterior, en una convocatoria de cultos del año 1863 se anuncia como «el día 8 de septiembre saldrá en procesión a las seis de la tarde la imagen de la Divina Pastora, disparándose escogidos fuegos artificiales, sin perjuicio de alumbrar la carrera al oscurecer con gran número de luces de bengala de diferentes colores».

Siempre fue la Hermandad muy estimada por los Cardenales y Arzobispos de Sevilla. El 26 de abril de 1882 concretamente, el Cardenal Lluch Garriga concedió cien días de indulgencias a los hermanos y devotos que portasen el Escapulario de la Divina Pastora bendecido por él y asistieran a los cultos ofrecidos por la Hermandad a su amantísima titular. En esta misma fecha «El Excmo. y Rvdmo. Señor Cardenal Arzobispo de Sevilla Doctor Fray Joaquín Lluch Garriga, se dignó honrar a esta Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana, inscribiéndose en el número de sus cofrades, siendo nombrado por ella su Hermano Mayor Honorario».


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