sábado, 25 de diciembre de 2010

“De ti Belén nacerá un Jefe que será el Pastor de mi pueblo” Is.xx

Hoy es el día grande del nacimiento de Cristo, el mundo entero desborda de júbilo al conmemorar el nacimiento en Belén del Niño Jesús, el acontecimiento más relevante en la historia de la humanidad que cambio para siempre el rumbo de la misma. Para los miles de millones de cristianos de todos los tiempos, El mismo Dios encarnado en las entrañas de la Virgen María, para otros tantos de miles de millones de hombres de buena voluntad, el Hombre más importante de la historia, arquetipo y modelo al que debería aspirar el mundo.
Su mensaje es siempre de Paz y Amor entre los hombres, y su doctrina un dulce pastoreo que conduce a las almas a la Salvación verdadera y a la Vida Eterna.

Para nosotros, es el Pastor Divino de nuestras almas, nacido del vientre puro de la Divina Pastora como anunciaron los profetas… nosotros somos su pueblo y las ovejas de su rebaño y, como continúa el salmo, le daremos gracias eternamente y cantaremos sus alabanzas de generación en generación, que es nuestra mayor Gloria.
Desde nuestra humildísima aportación a través de este blog pastoreño invitamos a todos los que lo visitan a reflexionar sobre este gran misterio y este gran regalo, el mayor que Dios nos hizo.
Y queremos que lo hagan en un día tan especial, cuando la imagen venerada de nuestro Pastorcito, estará expuesta en besapiés en su ermita, para que así podamos expresar nuestra adoración al Niño Divino.

Ilustran perfectamente nuestro ánimo en esta solemne festividad, estos intensos versos de uno de los cantos del coro de la Hermandad, inspirados en las prefiguraciones del Antiguo Testamento y en el himno litúrgico Te Deum, y que fueron compuestos con motivo de la imposición del cayado de oro a la imagen del Divino Pastorcito, el 8 de septiembre de 2004.

Nosotros, ovejas que forman Tu aprisco.
Nosotros, Tu pueblo y heredad, Señor,
Ante Vuestro Trono y sagrado Risco,
Tu Gloria alabamos, Divino Pastor.

En pie, victorioso, estás Rey Divino,
ungida Tu frente, ceñida de sol.
Tu cetro es cayado que rige el destino,
Tu manto, zalea de blanco vellón.
Señalas al mundo la senda del Cielo.
En Ti se halla El Pasto de la Salvación.
Y nos muestra humilde, Pastorcillo Bueno,
el rostro de un niño, Tu Poder de Dios.

Abel, cuya muerte nos abre Las Puertas.
Por Ti sólo entra la grey al Redil.
Moisés que, a través de las aguas abiertas,
guías con tu vara a la Tierra Sin Fin.
Tu silbo amoroso, Zagal, nos alerta.
Nos guardas con armas de pastor, David.
Salomón que asocias, por Pastora y Reina,
a la más hermosa Compañera, a Ti.

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