lunes, 31 de enero de 2011

La Parroquia Pastoreña (I)

Introducción “Un templo majestuoso, consagrado y dedicado a María, su verdadera dueña, a la que alberga con orgullo desde hace casi tres siglos en su advocación de Pastora de las almas. Así es nuestra iglesia parroquial: mariana desde sus más remotos cimientos; pastoreña hasta la punta de la cruz que corona su torre”.

Antes de comenzar hemos de tener en cuenta que a la parroquia de Cantillana no la hemos apellidado así por mera casualidad, ni por capricho nuestro, ni por intencionada retórica. Es un calificativo del que la historia, los sucesos acaecidos a lo Largo de estos tres últimos siglos, hacen merecedora a la iglesia de nuestro pueblo. Sabido es por todos que, desde que en el año de 1720 el V. P. fray Isidoro de Sevilla fundara en ella la Hermandad del Santo Rosario de la Divina Pastora de las Almas, ha sido la cuna y principal centro de la devoción pastoreña en Cantillana.
La parroquia ha sido testigo fiel de todos los actos de devoción y culto que los hijos de este pueblo han tributado a su Pastora. Desde nuestra parroquia han salido todos los Rosarios públicos pastoreños para recorrer las calles de la villa y todas las procesiones de la Divina Pastora; en ella se ha venerado continuamente su peregrina imagen, siempre la misma, que desde los mismos inicios de la hermandad permanece entre nosotros, siendo hoy la de mayor antigüedad que conserva este templo, la de mayor devoción también; y el orgullo y la fama, el gozo y la gloria de la parroquia, de su hermandad y de Cantillana entera.
Es la casa de la Divina Pastora, y su camarín, como el sagrario, el lugar más privilegiado del templo, donde la Virgen no deja de escuchar las súplicas de sus hijos cantillaneros. Por todo esto y por muchísimas más razones debemos apellidarla con el adjetivo PASTOREÑA, con lo que estamos haciendo una afirmación categórica. El nombre, como la mayoría de los nombres, no es claramente identificativo, lo comparte con otras muchas iglesias. Los apellidos, en cambio, añaden a la indeterminada información del nombre las claves para la total identificación, recurriendo a las características y peculiaridades más significativas, agentes, sin duda, de la singularidad. La parroquia pastoreña o de la Pastora solo puede ser la de Cantillana y viceversa, eso mismo entienden muchos de los forasteros que nos visitan para asistir a cualquier ceremonia religiosa en la parroquia y le preguntan a algún vecino: ¿por donde se va a la iglesia de la Pastora?...
Vamos a elaborar a través de esta redacción un recorrido desde los orígenes de nuestra parroquia hasta el presente, con el fin de dar a conocer una historia completa sobre la misma con la recopilación de todos los datos fidedignos que se han encontrado, y que en los sucesivos capítulos iremos divulgando. Se trata, en definitiva, de intentar contar la verdad con los pocos datos ciertos que se conocen, que ya muchas veces se ha hablado de nuestra iglesia parroquial y no siempre desde el rigor histórico y desde el mínimo razonamiento o sentido común. Mucha absurda especulación y ridículas hipótesis rodean a la historia, edificio, contenido y significación de la iglesia mayor de Cantillana, principal edificio de la localidad y marco protagonista en los días de las fiestas mayores. Aclarar equívocos, desmentir falsas afirmaciones y ayudar a conocer datos y aspectos rigurosos y fiables, desde los inciertos orígenes hasta la actualidad, están en el propósito de este trabajo.

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