ay!, Pastora de mis amores

Ay!, Pastora, Pastora de mis amores,
flor la más peregrina de entre las flores,
¡que hermosa eres! ¡que hermosa eres!
Oh! Tu, la más hermosa de las mujeres.



Del Líbano, a las nieves, tu frente humilla
y a Jericó, la rosa de tus mejillas,
que, aunque pastoreando tarde y mañana,
tienes frente y mejillas de leche y grana.
Para labios, sus flores te dio el granado,
para dientes, sus perlas Mar encantado.
El sarón dio su espuma para tu cuello
y el viento dio soplos a tus cabellos.

Fresca, más que la sombra de los mimbrales,
Dulce, más que las mieles de los panales
y blanda más que el soplo de leve brisa,
de tus labios, Pastora, es la sonrisa.
Tus manos asemejan lirios del valle
y es gentil y gallardo tu airoso talle.
Tu aliento huele a nardos, rosas y lilas
Y embeleso y hechizo son tus pupilas.

Francisco Muñoz y Pavón, pbro.