martes, 8 de noviembre de 2011

El Voto de la Realeza universal


Tras su gloriosa Asunción en cuerpo y alma a los cielos, la Santísima Trinidad coronó a la Virgen María como Reina de todo lo creado, premiando de esta manera su vida terrena. Así lo defendió, con voto y juramento solemnes, la Hermandad de la Divina Pastora hace más de medio siglo. Fue el 26 de noviembre de 1950 en la sevillana iglesia de San Martín. Junto a la de Cantillana emitieron el Voto de la Realeza Universal de María, por primera vez en la historia, la primitiva hermandad pastoreña de Santa Marina, la de la Sagrada Mortaja, la Coronación (El Valle), el Silencio, el Calvario, la Esperanza Macarena, Monte- Sión, la Lanzada, la hermandad de la Divina Enfermera y la congregación de los Luises. Todas ellas hicieron, además, una triple protestación de fe en los dogmas de la Inmaculada Concepción de María, de su Asunción a los cielos y del Misterio de la Mediación de Nuestra Señora.

Parece ser que la idea de emitir el voto partió del por entonces director espiritual de la Hermandad de Santa Marina y su hermano más antiguo, el doctor José Sebastián y Bandarán. El capellán real compartía por estas fechas, además, la dirección espiritual de la corporación cantillanera con el religioso capuchino fray Claudio María de Trigueros, fundador del Redil Eucarístico e impulsor de la primera romería de 1952. Sea cual fuere su origen, parece que Santa Marina abanderó la idea de la ceremonia que habría de celebrarse en el templo que por entonces le servía de residencia, destruida como continuaba la iglesia de Santa Marina desde la contienda civil. El motivo estaba claro y más que justificado: el Papa Pío XII había definido dogmáticamente el Misterio de la Asunción de la Virgen unos días antes en Roma, por lo que Cantillana quiso sumarse a la alegría de la Iglesia católica haciendo el Voto de la Realeza de la mejor Pastora Asunta, en palabras del fundador, fray Isidoro de Sevilla.

La representación cantillanera partió con el simpecado en un autobús desde la plaza del Llano, enclave principal del municipio hace cincuenta años igual que hoy, a pesar de los desmanes urbanísticos que ha sufrido (primero con la amputación de su elemento más característico, después con una reforma mediocre y poco afortunada). La hermandad pastoreña fue recibida en la iglesia de San Martín por las hermandades que participaban en el acto y por pastoreños que tenían su residencia en la capital. "Nos dieron la bienvenida más cariñosa y más entusiasta", según leemos en el acta de la visita. Por la misma fuente sabemos que la corporación cantillanera ocupó un puesto de honor en la ceremonia, junto a la bandera asuncionista de Santa Marina que el propio Sebastián y Bandarán llevó hasta Roma para que recibiera la bendición especial de Pío XII. Presidió la misa el doctor José Sebastián y Bandarán y entre los concelebrantes se encontraba el padre Claudio y otros capuchinos. Asimismo, "intervino la capilla de este convento de dichos padres, que tuvo una intervención irreprochable

Ya de regreso, la comitiva fue recibida en Cantillana por el párroco, Francisco Ruiz Calañas, y por el alcalde, Jesús Pérez Pueyo, al frente de la corporación municipal. No podía faltar tampoco "su pueblo ansioso de vitorear a su amada Pastora”. Una vez descendidos del autobús los componentes de dicha comitiva, se organizó un "devoto" rosario público con el simpecado desde la plaza del Llano hasta la iglesia. Al final del acta que recoge lo acontecido durante la jornada se puede leer una ampliación que dice que la Hermandad de Cantillana y las ya mencionadas "fueron las primeras hermandades marianas que, con fecha 26 de noviembre de 1950, hicieron el Voto y Juramento en pro de la Realeza Universal de la Soberana Señora".


Representación de la Junta en la Presidencia de la renovación
del Voto de la Realeza, el 8 de septiembre de 2000.





Aquella visita a Sevilla con motivo del Voto de la Realeza inspiró a Concha Caro, una pastoreña aficionada al arte de la rima, un gracioso poema. A través de esos versos, Concha Caro deja constancia del efusivo recibimiento del que fue objeto la representación cantillanera a su llegada a San Martín, así como del privilegiado lugar que ocupó la hermandad de la Pastora en la celebración.


Aquel acto tuvo también repercusión en la prensa de la época. El Correo de Andalucía publica, en su edición del día 28 de noviembre, una apertura a dos columnas que titula: "La Hermandad de la Divina Pastora, de Santa Marina, seguida de otras de Sevilla y de la de Cantillana, hace, por primera vez en el mundo, voto y juramento en pro de la Realeza Universal de la Virgen". Con una redacción que no ahorra calificativos, impensable en el periodismo moderno, el cronista narra la función religiosa y se detiene en la Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana "con su magnífico simpecado, sus varas e interminables filas de hermanas y hermanos -hay cosas que permanecen inalterables al paso del tiempo- llegados a Sevilla con el exclusivo fin de participar en el grandioso acto que puso emoción en los ojos de todos". Termina el periodista afirmando que "el momento de la protestación fue de una impresión inenarrable".

Desde entonces, la hermandad de la Pastora renueva cada cada año el 8 de septiembre aquel voto durante la Función Principal de Instituto en la protestación de fe. La primera vez que se hizo en Cantillana fue al año siguiente, en 1951, por lo que este año se cumplirá el medio siglo. Con motivo de los actos de aquella primera protestación de fe se estrenaron "dos magníficas y costosas arañas" de cristal que son las que aún hoy se colocan en la nave central de la iglesia, además de otras dos más pequeñas para los ángeles de las columnas del presbiterio. Otro de los estrenos para la ocasión fue el "maravilloso y costosísimo frontal de plata", que aparece descrito en el libro de actas de la hermandad como "un verdadero alarde de orfebrería de estilo neorenacentista, obra del insigne artista sevillano don Manuel Seco".

Completaba el capítulo de estrenos de aquel año una bandera de raso blanco con una inscripción bordada en oro. Era la insignia que se había encargado realizar para conmemorar el primer Voto y Juramento de la Realeza Universal de María. En el Archivo de la hermandad se conserva tanto el presupuesto como la factura de la confección de la bandera, que fue realizada en el comercio de ornamentos de iglesia y efectos militares Hija de Eduardo Rodríguez, que continúa atendiendo al público en la calle Francos de Sevilla. Según el presupuesto, datado el 23 de julio de 1951, la hechura de "una bandera de seda blanca de 1,30x0,90 aproximadamente con las letras bordadas en oro de tisú de recorte, con la inscripción que se detalla" ascendía a 2.500 pesetas.

En el mismo documento, la empresa se compromete a tener el trabajo finalizado a finales de agosto. La bandera costó algo más: 2.605 pesetas, al incluirse "tres metros de damasquillo blanco según se detalla en la factura. Por una cara aparece la inscripción: "La Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana, en unión de la primitiva Hermandad de Santa Marina, emitió por vez primera Voto de la Realeza de la Santísima Virgen" y, por la otra aparece la fecha: "26 de noviembre de 1950. Año Santo". Esta insignia está presente en las distintas procesiones que organiza la hermandad (traslados de septiembre y procesión eucarística de la última noche de novena) y preside el acto de la protestación de fe en recuerdo del primer voto realizado por la corporación.

A la Función del día 8 de septiembre de 1951 acudieron las hermandades pastoreñas de Santa Marina y Santa Ana, en Triana . Llegaron con sus simpecados, estandartes "y demás atributos además de sendos ramos de flores" como ofrendas para la Virgen. Fueron recibidas en el Llano por la hermandad anfitriona con sus insignias "a los acordes del Himno Nacional con un gentío inmenso prorrumpió en vivas y vítores a la Santísima titular. A continuación, se organizó una procesión hasta la iglesia, siendo ésta presidida por S.A.R. el Infante de España don Carlos de Zamoyski y Borbón.


Juramento en la Función del año 1952, a la que asistió una
representación de la Hermandad de la Divina Pastora
de Triana.
Ese mismo 8 de septiembre, ya por la noche, las hermandades invitadas acompañaron a la Virgen en su recorrido procesional por las calles de Cantillana, portando sus insignias y, al recogerse se celebró una misa de despedida. La eucaristía fue presidida por el simpecado de Santa Marina y, a su término, se organizó de nuevo la procesión hasta la plaza del Llano. Apenas un mes más tarde se reunían las mujeres que gobernaban la hermandad para hacer balance de las fiestas y acordaban enviar sendas cartas de agradecimiento a Santa Marina y Santa Ana por su visita a Cantillana con motivo de la primera renovación del voto que se hacía ya en el pueblo.

Ese mismo año se encargó un pergamino que recogía la fórmula de la protestación de fe. Fue hecho en Valencia y costó 800 pesetas. "El pergamino con orlas diferentes pintadas a la acuarela y con la inscripción en letra gótica de la oración de protestación de fe, de un donante que oculta su nombre, residente en Tortosa (Tarragona), trabajo realizado por el laureado artista señor San Millán, de Castellón de la Plana". Parece que el generoso donante fue Antonio Asenjo o, al menos, fue éste quien pagó el trabajo, pues a su nombre aparece el recibí que se guarda en el Archivo de la hermandad.

Vista la trascendencia que tuvo, tanto en Cantillana como en Sevilla, el primer Voto de la Realeza emitido en 1950, no podía pasar por alto en el seno de la corporación cantillanera la celebración del 50 aniversario el año 2000, celosa como es de su historia. Así, Cantillana suplió esta vez a Santa Marina y abanderó la celebración de la efemérides

Convocando a todas las hermandades que participaron en el acto hace 50 años a renovar juntas el Voto de la Realeza, en el mismo escenario, la iglesia de San Martín, medio siglo después. Así se hizo el 26 de noviembre del mencionado año en el transcurso de una solemne ceremonia religiosa que estuvo presidida por el padre Enrique Carrasco, un hombre tan vinculado a Cantillana y a la Hermandad de la Divina Pastora. Fieles a aquel primer voto emitido a mediados del siglo pasado, las hermandades volvieron a jurar defender la Realeza Universal de la Virgen María y, como recuerdo de aquel entrañable encuentro, se inauguró una lápida en el interior de San Martín en la que se puede leer la siguiente leyenda: "El 26 de noviembre de 1950, las hermandades de la Divina Pastora y Santa Marina, Sagrada Mortaja, de la Coronación, del Silencio, del Calvario, de la Esperanza Macarena, de la Divina Enfermera, de la Sagrada Lanzada, de Monte-Sión de la Divina Pastora (Cantillana) y la Congregación de Los Luises, en presencia del limo. Sr. D. José Sebastián y Bandarán, hicieron en este templo de San Martín, por primera vez en el mundo, voto y juramento en pro de la Realeza Universal de la Virgen Santísima. En el L aniversario de este acontecimiento se bendijo esta inscripción. Sevilla, 26 de noviembre de 2000. Año Santo Jubilar".

Y la Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana, celosa también de sus tradiciones, sigue haciendo protestación de fe cada 8 de septiembre durante la solemne Función Principal de Instituto a través de sus hermanos varones mayores de 18 años. Así es en teoría, porque en la práctica son muchos los niños que, desde muy pequeños, casi recién nacidos, son llevados por sus padres a la protestación de fe. Una costumbre que viene a corroborar cómo los niños, desde su más tierna infancia, participan activamente en la vida de la hermandad. Esto hace posible que hoy, igual que hace 50 años y con idéntica emoción, los pastoreños sigan defendiendo la Realeza Universal de tan Soberana Señora. Aunque en Cantillana se nos muestre como una humilde Pastora con el monte como trono, el sombrero por corona y un báculo como regio cetro.


Protestación de fe

La hermandad pastoreña hace solemne protestación de fe durante sus cultos principales desde el año 1951, por lo que este año se cumplirá el 50 aniversario. Tras la homilía de la Función Principal del día 8 de septiembre, el secretario de la junta de gobierno sube al ambón y lee la protestación, que fue redactada por José Sebastián y Bandarán. A continuación, renuevan el juramento de la Realeza Universal de María los miembros del Cabildo de Oficiales y todos los hermanos varones mayores de 18 años que lo desean en un acto que preside la bandera que se confeccionó en recuerdo del primer voto. El día 8 no se juran las reglas de la hermandad, como algunos creen; se renueva aquel juramento y voto emitido por primera vez en el mundo en la iglesia de San Martín el año 1950: "...hacemos renovación solemne del Voto y Juramento realizado de Creer, Confesar y Defender la creencia piadosa de su Mediación Universal en la dispensación de todas las gracias, obligándonos con solemne Voto y Juramento a creer, confesar y defender la realeza universal de María Santísima..." Las reglas las juran los hermanos que alcanzan la mayoría de edad y los adultos de nueva inscripción durante la Función del triduo de mayo.


José María de la Hera Sánchez

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