cayado y sombrero,
se muestra sencilla
a todo su pueblo.
Y tiene también,
una gente que la quiere,
que la adora y le reza tó los días
y le dice en silencio:
¡Pastora, yo te quiero
madre mía!
Tiene mi Pastora
un risco de amores,
hecho con cantares
y “adornaó” con flores.
Y tiene también,
una gente que la quiere,
que la adora y le reza tó los días
y le dice en silencio:
¡Pastora, yo te quiero
madre mía!
Está mi Pastora
con mucha alegría,
sentada en un trono
de rosa y clavellina.
Y tiene también,
una gente que la quiere,
que la adora y le reza tó los días
y le dice en silencio:
¡Pastora, yo te quiero
madre mía!
Eres tú, Pastora,
camino y sendero,
esperanza y cobijo
de los pastoreños.
Y tiene también,
una gente que la quiere,
que la adora y le reza tó los días
y le dice en silencio:
¡Pastora, yo te quiero
madre mía!
José Manuel Sanz Tirado
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