martes, 26 de noviembre de 2013

La bandera del Voto de la Realeza de María.


Cuando se confeccionó en 1951 la bandera conmemorativa del Voto y Juramento de la Realeza Universal de la Santísima Virgen, emitido por la Hermandad de la Divina Pastora y otras de Sevilla en 1950, nuestra hermandad sólo contaba entonces, en su juego de insignias, con los tres simpecados históricos, las dos cruces de guía y el juego de doce faroles del Rosario. Por lo cual esta bandera es la primera de las insignias conmemorativas y de las que podríamos denominar  “modernas”.

Se decide entonces la confección de la bandera para dejar constancia de este Voto Mariano y para que estuviera presente cada año cuando, el mismo, se renueva solemnemente durante la Función Principal de Instituto de la Hermandad, el 8 de septiembre, en el momento del Ofertorio y la Protestación de Fe, para lo que sube, junto al libro de reglas y la representación de la Junta de Gobierno, al presbiterio del altar mayor.
 Se trata de una insignia modesta que se encargó, según consta en la factura que se guarda en el archivo de la hermandad, a la empresa familiar de ornamentos religiosos Casa Rodríguez, y se confecciono en raso blanco, color litúrgico de la Santísima Virgen, y el propio de la fiesta canónica de su Realeza Universal, y letras de tisú de oro, con la leyenda: “La Hermandad de la Divina Pastora de Cantillana en unión de la primitiva Hermandad de Sta. Marina emitió por vez primera el Voto de la Realeza Universal de la Stma. Virgen. Noviembre de 1950” la bandera se ensartaba en una vara de metal plateado rematada por el anagrama de María timbrado por corona real, también del mismo material.

La bandera con el color celeste al que fue pasada
en la década de 1980.
Durante los últimos años de la década de los cincuenta y primero de los sesenta, esta insignia fue llevada también a caballo en el cortejo que precede a la carreta de la Virgen desde la parroquia a la ermita y viceversa, para la romería. Así se puede comprobar en las fotografías de esos años. También esta insignia participa anualmente en la solemne procesión eucarística que con el Santísimo Sacramento se celebra para finalizar la novena de la Divina Pastora, donde es portada junto al libro de reglas. Así mismo, es llevada en la procesión que se celebra para trasladar a la imagen de la Divina Pastora desde el camarín de su capilla hasta el altar mayor para colocarla en el Risco cada 31 de agosto, como se viene haciendo de forma solemne con todas las insignias de la hermandad desde 1991.

En la década de los ochenta, esta insignia sufre un cambio estético cuando se le sustituye el tejido de raso blanco por otro igual pero de color celeste y se le añaden, en la parte posterior, unos ángeles sosteniendo una corona real, que bordó en oro y sedas el hermano de esta hermandad y fraile capuchino Fray Miguel de Cantillana.

En los años noventa el grupo joven de la hermandad acuerda costear una nueva vara o asta para esta bandera, realizada en plata de ley con un diseño exclusivo, digno y la altura de las demás insignias del patrimonio de la hermandad. Para ello, Luis Manuel López Hernández realizo un diseño en acuarela que proponía una vara con cañoneras de plata de ley, a juego con las del guion del Redil Eucarístico, que son cañones de plata originales del S. XIII, combinadas con nudetes fundidos en plata de ley sobredorada. El remate proyectado incorpora una punta de lanza, con una filatelia alrededor con la leyenda “Cantillana su Reina te aclama” extraída del himno pastoreño, a la que va engastado un orbe de plata de ley sobre el que se eleva el anagrama de María sobre dos palmas y coronado por una vistosa corona real cerrada que elude claramente a la Realeza Universal de la Virgen, todo ello realizada en plata de ley en su color y sobredorada.
Tras varios intentos de llevarla a  cabo y  distintos presupuestos de orfebrería, finalmente la pieza se le encarga al prestigioso taller de la Viuda de Villareal, tan vinculado con el patrimonio artístico de nuestra hermandad. Será el grupo joven formalizado en 1998 y heredero de la trayectoria del anterior creado en 1991, quien finalmente lleve a cabo este anhelado proyecto y la magnífica nueva vara de la bandera de la Realeza se estrena y bendice el 8 de septiembre 1999, a las puertas del L aniversario de la emisión del Voto.

Estado de la bandera en la actualidad, una vez pasada a nueva tejido
por Benito Molero en 2012.
Recientemente en 2011 la insignia ha sufrido una nueva remodelación. Se le ha vuelto a cambiar el tejido, devolviéndole el color blanco original, aunque se ha aumentado el tamaño a la insignia y se le ha incorporado, enmarcando el texto, un grueso doble galón de hojillas de oro del S. XIX adquirido en un anticuario hacía más de una década. Los trabajos de pasado del bordado, ampliación y colocación de los galones fueron llevados a cabo en el taller local del bordador pastoreño José Benito Molero López.

Cada 8 de septiembre, cuando vemos subir al altar la bandera del Voto de la Realeza, costumbre recobrada en el año 2000 con motivo de su cincuentenario, debemos ser conscientes del rito que a continuación se vuelve a cumplir desde 1950. La hermandad pastoreña renueva, en la voz del secretario y en la bella formula literaria compuesta entonces por el canónigo Sebastián y Bandarán,  la profesión de Fe en el Credo y Dogmas de nuestra Iglesia Católica, y el Juramento y Voto que emitimos de creer, profesar y defender, con la sangre si es preciso, la Mediación Universal de Nuestra Señora y su Realeza Universal, lo que acto seguido rubrican todos los hermanos varones con la mano sobre el evangelio y un beso sobre la estampa en pergamino de nuestra Reina y Pastora. Tras su bandera, juramos “combatir por su gloria, hasta triunfar….” Que nunca se nos olvide.

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